Don Carlos, Don Diego, Paquita.
D.Diego y Paquita
Y la escena VII del tercer acto
El amor mariposa (Oda Anacreóntica II)
Viendo el Amor un día dicen que de picado Tornóse en mariposa, ¡Oh! ¡qué bien que parece! Ya en el valle se pierde, Las zagalas, al verle, Una a cogerle llega, despertando el bullicio Ya que juntas las mira, Mas las alas ligeras También de mariposa Aquí podéis oírle recitado |
Y UN POEMA FILOSÓFICO Y MORAL
El filósofo en el campo (fragmento). Un poema del clásico tema de menosprecio de corte y alabanza de aldea.
Insensibles nos hace la opulencia,
insensibles nos hace. Ese bullicio,
ese contino discurrir veloces
mil doradas carrozas, paseando
los vicios todos por las anchas calles;
esas empenachadas cortesanas,
brillantes en el oro y pedrería
del cabello a los pies; esos teatros,
de lujo y de maldades docta escuela,
do un ocioso indolente a llorar corre
con Andrómaca o Zaida, mientras sordo
al anciano infeliz vuelve la espalda
que a sus umbrales su dureza implora;
esos palacios y preciosos muebles,
que porque más y más se infle el orgullo,
labró prolijo el industrioso china;
ese incesante hablar de oro y grandezas;
ese anhelo pueril por los más viles
despreciables objetos, nuestros pechos
de diamante tornaron; nos fascinan,
nos embebecen y olvidar nos hacen
nuestro común origen y miserias.
Hombres, ¡ay! hombres, Fabio amigo, somos,
vil polvo, sombra, nada; y engreídos
cual el pavón en su soberbia rueda,
deidades soberanas nos creemos.
«¿Qué hay», nos grita el orgullo, «entre el colono
de común, y el señor? ¿Tu generosa
antigua sangre, que se pierde oscura
allá en la edad dudosa del gran Nino,
y de héroe en héroe hasta tus venas corre,
de un rústico a la sangre igual sería?
El potentado distinguirse debe
del tostado arador; próvido el cielo
así lo ha decretado, dando al uno
el arte de gozar, y un pecho al otro
llevador del trabajo. Su vil frente
del alba matinal a las estrellas
en amargo sudor los surcos bañe,
y exhausto expire a su señor sirviendo,
mientras él coge venturoso el fruto
de tan ímprobo afán, y uno devora
la sustancia de mil». ¡Oh, cuánto, cuánto
el pecho se hincha con tan vil lenguaje,
por más que grite la razón severa
y la cuna y la tumba nos recuerde
con que justa natura nos iguala!
No, Fabio amado, no; por estos campos
la corte olvida; ven y aprende en ellos,
aprende la virtud. Aquí, en su augusta,
amable sencillez, entre las pajas,
entre el pellico y el honroso arado,
se ha escogido un asilo, compañera
de la sublime soledad; la corte
las puertas le cerró, cuando entre muros
y fuertes torreones y hondas fosas,
de los fáciles bienes ya cansados
que en mano liberal su Autor les diera,
los hombres se encerraron imprudentes,
la primitiva candidez perdiendo.
En su abandono triste religiosas
en sus chozas pajizas la abrigaron
las humildes aldeas, y de entonces
con simples cultos fieles la idolatran.
Al igual que Samaniego en sus Fábulas Morales, el poeta Ángel González escribió en su libro Grado elemental de 1962 este poema didáctico acerca de lo que nosotros, a cambio, podemos «enseñar» a los animales.
INTRODUCCIÓN A LAS FÁBULAS PARA ANIMALES
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejá atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
—ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.
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Esta es una fábula moral de Samaniego para que tengáis un buen ejemplo del uso del género clásico de Esopo y La Fontaine para la educación moral del pueblo. Recuerda el didactismo de la literatura del S.XVIII.
EL CUERVO Y EL ZORRO
En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico
estaba el señor Cuervo.
Del olor atraído
un Zorro muy maestro,
le dijo estas palabras,
o poco más o menos:
“Tenga usted buenos días,
señor Cuervo, mi dueño;
vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo;
yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento;
que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
junto a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo,
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios.”
Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado,
quiso cantar el Cuervo.
Abrió su negro pico,
dejó caer el queso;
el muy astuto zorro,
después de haberlo preso,
le dijo : “Señor bobo,
pues sin otro alimento,
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,
digerid las lisonjas
mientras yo como el queso».
Quien oye aduladores,
nunca espere otro premio.
Felix María de Samaniego
Este es Jovellanos vestido a la francesa. Observa la actitud reflexiva y también un poco melancólica.
Os pido que contestéis como comentarios a las siguientes preguntas sobre el texto de la Memoria de Espectáculos que os he dado en fotocopias.
No olvidéis nombre y apellidos , curso y grupo
A un ilustrado le interesa comunicarse para educar a la gente con sus textos didácticos. ¿Qué recursos lingüísticos emplea para llegar al público? Reproduce frases o fragmentos como ejemplo.
¿Qué sentido tiene en tu opinión el usar e incluso abusar de las enumeraciones en el texto? Escribe dichas enumeraciones.
Destaca las frases esenciales de la enseñanza social que nos quiere dar Jovellanos.
Espero vuestras respuestas: buscad, leed atentamente, y no olvidéis pulsar PUBLICAR COMENTARIO al terminar.
Aquí podéis ver una presentación de los aspectos de la época del S.XVIII que no son literarios sino culturales.
Aunque de un antiguo programa teatral de Televisión Española -Estudio 1- podemos muy bien apreciar la escena inicial de D.Juan Tenorio que retrata bien al personaje protagonista
Interesante vídeo de una adaptación reciente de Teatres de la Generalitat sobre la obra de Moratín que estudiamos